Embarazo y T. Bipolar

Para describir el trastorno bipolar en embarazadas conviene conocer los tipos de trastorno bipolar que algunos autores clasifican (ver cuadro 1). 


Aunque el trastorno bipolar afecta por igual tanto a hombres como a mujeres, hay algunas diferencias. En el hombre es más frecuente el trastorno bipolar de tipo I y en las mujeres es más frecuente el tipo II, el espectro bipolar y la ciclotimia. Aunque el trastorno bipolar afecta por igual tanto a hombres como a mujeres, hay algunas diferencias. En el hombre es más frecuente el trastorno bipolar de tipo I y en las mujeres es más frecuente el tipo II, el espectro bipolar y la ciclotimia. 


Aunque está desaconsejado por la mayoría de los profesionales de la medicina llevar a cabo un embarazo padeciendo trastorno bipolar de cualquier tipo. 

Aún así hay estudios que reflejan que 2 de cada 3 mujeres que consultan a especialistas en Salud mental sobre este tema deciden llevar a cabo el embarazo. También hay algunos estudios que contemplan que el embarazo puede reducir el riesgo de recaídas de enfermedades psiquiátricas, considerando al embarazo más como factor protector que de riesgo. 

Otros estudios le confieren este factor protector en mujeres embarazadas con Trastorno Bipolar tipo I con buena respuesta al tratamiento con Litio. También autores como Freeman, mantienen una de cada dos mujeres se tornan sintomáticas durante el embarazo. Encuentran que en más del 50% de los nuevos episodios ocurren durante las primeras semanas de suspensión de litio, con mucha más incidencia de fase maníaca que de fase depresiva. Siendo el riesgo más alto de recidivas en los que suspenden el Litio que en las pacientes que no tenían tratamiento. Conviene hacer un balance entre beneficios y riesgos. 

Factores como los antecedentes de salud mental de la paciente y el riesgo que tendría el mantenimiento del medicamento utilizado son los más importante a la hora de el tratamiento durante el embarazo. En el trastorno bipolar por sus características se desaconseja el cambio brusco de estabilizador, en caso de embarazo no es una excepción. 

Por otro lado el Litio es el que menos riesgos globales evidencia en comparación con el ácido Valproico y la Carbamacepina. Conviene tener en cuenta que la litemia disminuye al progresar el embarazo, por lo que hay que hacer un control mensual del nivel plasmático y ajustes en la dosis. Deben ser más frecuentes en el las últimas semanas de embarazo, ya que en el momento del parto se produce un rápido descenso en el volumen plasmático. Se llega a recomendar que se reduzca la dosis de Litio hasta en un 50% pocos días antes del parto. 





Dicho esto también conviene valorar que ningún psicofármaco ha sido aprobado por la Food and Drug Administration norteamericana (FDA) para usarse durante el embarazo. Son considerados fármacos teratógenos de riesgo intermedio, es decir, que pueden provocar malformaciones en el feto. Este dato es importante explicarlo bien a la paciente y sus familiares. Aún así el Litio parece ser la opción más segura a pesar del riesgo de enfermedad de Ebstein, que se da en el 0,05% desde la cuarta a la octava semana. 

Algunos antipsicóticos atípicos, como la Carbamacepina están asociados a un aumento de peso en las pacientes, que pueden ser un factor predisponente para que las embarazadas padezcan obesidad e hiperglucemia, lo que aumenta el riesgo perinatal del niño. Con el uso de antipsicóticos conviene realizar varias litemias diarias y mediciones de ácido Valproico y Carbamacepina, según el medicamento, para evitar picos plasmáticos y si está asociado al uso de cualquier anticonvulsionante debe ir acompañado de 5mg diarios de ácido fólico. 

Aumentar las medidas de psicoeducación y motivación en el cuidado, pueden ser opciones para tener un mejor control sobre la enfermedad en caso en que haya que reducir o abandonar el tratamiento farmacológico.

ALGUNAS DUDAS SOBRE TRASTORNO BIPOLAR Y EMBARAZO

Tengo trastorno bipolar y quiero quedarme embarazada, ¿la medicación afecta a mi fertilidad?

Existen medicamentos que alteran el ciclo menstrual pudiendo dificultar el quedarse embarazada. Por ello, si queremos tener un hijo lo mejor será hablar con nuestro médico para que nos informe de si debemos o no cambiar la medicación y de los riesgos que el embarazo pueda tener tanto para la mujer como para el futuro hijo. 

¿Debo prepararme antes de quedarme embarazada? 

Es conveniente planificar el embarazo y hablarlo con el médico. 

Si estamos tomando medicación puede que sea dañina para el feto, por lo que el médico valorará la posibilidad de cambiarlo. Este cambio de medicación requiere tiempo, no se puede hacer de un día para otro, por ello es aconsejable hablarlo con nuestro médico en cuanto nos planteemos el embarazo. 

¿Puedo suspender la medicación durante el embarazo? 

Existen estudios que afirman que la suspensión del tratamiento durante el embarazo puede ser beneficiosa para el futuro bebé, sin suponer un riesgo para la madre. 

Sin embargo, no se puede hacer en todas las mujeres. Para poder suspender el tratamiento se requiere fundamentalmente que la mujer lleve un largo tiempo sin sufrir cambios de estado de ánimo, es decir, que lleve controlada y estable bastante tiempo. Si es así, se puede plantear un ensayo suspendiendo la medicación antes de quedarse embarazada y viendo como responde la paciente. Así sabrá si es lo más aconsejable en su caso o no. 

Si finalmente se suspende la medicación será necesario aumentar las medidas psicoterapéuticas y biológicas con el fin de mantener controlada la enfermedad sin la ayuda de medicación. 

¿Que pasa si suspendo la medicación en el embarazo y sufro nuevos episodios? 

Cuando se decide suspender la medicación durante el embarazo habrá que estar más atentos a la aparición de los primeros síntomas, pudiendo reanudar así el tratamiento en cuanto aparezcan. 

Hay estudios que afirman que si se reinicia el tratamiento en el tercer mes de gestación (haya o no síntomas) el riesgo de recaída es mínimo. 

¿Le afectará la medicación a mi hijo? 

Actualmente no existe ningún medicamento para el trastorno bipolar que sea totalmente seguro para el feto en crecimiento. 

Generalmente se usan los que se clasifican como de riesgo intermedio y siempre en las dosis mínimas, reduciendo de este modo la posibilidad de que afecte al bebé. 

Se ha visto que el litio es la alternativa más segura para los casos que precisan tratamiento durante el embarazo. Recuerde que durante el embarazo se producen cambios en el organismo que requeriran un control más exacto de su medicación, para evitar que se acumule en su organismo y afecte al feto. 

¿Tengo que hacer algo antes del parto? 

Pocos días antes del parto conviene reducir la dosis de la medicación con el objetivo de disminuir el riesgo de toxicidad de la madre y del recién nacido. 
No obstante, su médico el dará las indicaciones necesarias. 

¿Puedo tener una recaída tras el parto? 

Tras dar a luz se llega al momento en el que el riesgo de recaídas es mayor, principalmente con episodios depresivos. 

El riesgo de padecer un trastorno grave tras el parto es mayor si ya se ha producido alguna vez en su familia o si ha tenido algún trastorno afectivo durante el embarazo. Lo más temido tras el parto es la psicosis posparto, muy relacionado con el trastorno bipolar. 

Por ello se debe aumentar la vigilancia y ajustar la medicación para evitar que aparezca. 

Y durante la lactancia, ¿puedo sufrir nuevos episodios de la enfermedad? 

La lactancia se asocia a una disminución del tiempo para dormir, lo que puede desencadenar algún episodio. 

Es aconsejable aumentar la vigilacia en esta etapa y valorar el efecto de la privación de sueño en la paciente. 

¿Puedo tomar la medicación mientras doy el pecho? 

A día de hoy no está claro si los fármacos estabilizantes del ánimo pueden afectar al bebé durante la lactancia. 

Además, existen una gran variedad de fármacos para el tratamiento del trastorno bipolar, por lo que lo mejor será hablar con su médico sobre su medicación y que le explique que efectos puede tener y que opciones tiene. 

¿Puedo transmitirle la enfermedad a mi hijo? 

El trastorno bipolar tiene un carácter genético, eso significa que la posibilidad de desarrollar la enfermedad es mayor si hay antecedentes familiares. 

Por tanto, su hijo tendrá más posibilidad de tener el trastorno, pero no necesariamente lo padecerá.